- Me acordé de vos porque ese flaquito que me tiró onda en
el bondi es igual a Matías
- ¿Qué Matías?
- Ese mismo, el único pibe del que jamás nos acordamos cuando memorizamos a todos los que te curtiste
- Matías…No sé por qué lo borramos de mi historial
- Porque duró menos de tres meses
- Gonzalo también te duró eso
- Gonzalo es el pibe más potable con el que estuve en mi vida. Es como un trofeo, por eso siempre lo tenemos en cuenta
- Tenés razón. Pobre Mati, che, era re bueno
- Pensar que arrancaste creyendo que el chabón la tenía clarísima y terminó siendo un terrible tarado
- Es que me llevaba como diez años, vos hubieras fantaseado lo mismo
- 27 años al pedo
- ¡Qué desastre!
- ¿Te acordás de que te declaró su amor eterno la primera noche que pasaron juntos?
- No
- ¿Y de cuando descubriste que estaba obsesionado con las orejas y los pies?
- Tampoco
- Dale, boluda, te acordás. Era un psicópata amante de las partes del cuerpo que sólo puede amar la gente que tiene un zarpado mambo en el bocho
- Prefiero que volvamos a la parte en la que no sabía a qué movida te referías
- Ahora que lo pienso para esa gente calentarse es más fácil que la mierda
- ¿Por qué?
- ¿Cómo por qué? Imaginátelo en un casorio o en alguna fiesta que implique peinadetes recojidos que permitan que se asomen las orejitas estilizadas, curvilíneas, profundas
- …
- O en verano, ja! Rodeado de ojotas, pies desnudos, voluptuosos, sensuales
- Lo que estás diciendo es tan desagradable como pelotudo. La gente normal también se calienta más en verano. Malla, escotes, shortcitos; es lo mismo, tarada
- Aunque lo minimices, claramente, su temita no es menor. Para él viajar hasta Once en el Sarmiento un día de treinta grados es como para un pendejito de 15 estar en una playa nudista
- Bueno, no podemos negar que la pasa mejor que el resto
- Un capo, podrías pegarle un llamadito de vez en cuando
- Nunca más
- ¿Para tanto?
- La tercera cita que tuvimos fue en la casa de su abuela
- Lo decís como si fuera más grave que lo que se imaginaba a la hora de hacerse una
- Cortala con eso
- Bueno pero, posta, al tipo le cabían las o-re-jas y vos te asustas con una merienda en lo de una viejita
- La abuela estaba muerta, hecha polvo dentro de un jarroncito que estaba sobre una mesa ratona que alrededor tenía como una especie de altar, lleno de velas y fotos. Llevó una Selva negra porque era la torta preferida de la vieja y me hizo cantarle el cumpleaños
- ¿Qué Matías?
- Ese mismo, el único pibe del que jamás nos acordamos cuando memorizamos a todos los que te curtiste
- Matías…No sé por qué lo borramos de mi historial
- Porque duró menos de tres meses
- Gonzalo también te duró eso
- Gonzalo es el pibe más potable con el que estuve en mi vida. Es como un trofeo, por eso siempre lo tenemos en cuenta
- Tenés razón. Pobre Mati, che, era re bueno
- Pensar que arrancaste creyendo que el chabón la tenía clarísima y terminó siendo un terrible tarado
- Es que me llevaba como diez años, vos hubieras fantaseado lo mismo
- 27 años al pedo
- ¡Qué desastre!
- ¿Te acordás de que te declaró su amor eterno la primera noche que pasaron juntos?
- No
- ¿Y de cuando descubriste que estaba obsesionado con las orejas y los pies?
- Tampoco
- Dale, boluda, te acordás. Era un psicópata amante de las partes del cuerpo que sólo puede amar la gente que tiene un zarpado mambo en el bocho
- Prefiero que volvamos a la parte en la que no sabía a qué movida te referías
- Ahora que lo pienso para esa gente calentarse es más fácil que la mierda
- ¿Por qué?
- ¿Cómo por qué? Imaginátelo en un casorio o en alguna fiesta que implique peinadetes recojidos que permitan que se asomen las orejitas estilizadas, curvilíneas, profundas
- …
- O en verano, ja! Rodeado de ojotas, pies desnudos, voluptuosos, sensuales
- Lo que estás diciendo es tan desagradable como pelotudo. La gente normal también se calienta más en verano. Malla, escotes, shortcitos; es lo mismo, tarada
- Aunque lo minimices, claramente, su temita no es menor. Para él viajar hasta Once en el Sarmiento un día de treinta grados es como para un pendejito de 15 estar en una playa nudista
- Bueno, no podemos negar que la pasa mejor que el resto
- Un capo, podrías pegarle un llamadito de vez en cuando
- Nunca más
- ¿Para tanto?
- La tercera cita que tuvimos fue en la casa de su abuela
- Lo decís como si fuera más grave que lo que se imaginaba a la hora de hacerse una
- Cortala con eso
- Bueno pero, posta, al tipo le cabían las o-re-jas y vos te asustas con una merienda en lo de una viejita
- La abuela estaba muerta, hecha polvo dentro de un jarroncito que estaba sobre una mesa ratona que alrededor tenía como una especie de altar, lleno de velas y fotos. Llevó una Selva negra porque era la torta preferida de la vieja y me hizo cantarle el cumpleaños
-Listo. Hablemos de Gonza
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